Vitamina C Liberación Sostenida 1500 mg 120 comprimidos Lamberts

Se necesita la Vitamina C para un sistema inmunológico sano, y para huesos, dientes y encías en buen estado, así como para ayudar a mantener niveles normales de grasa y colesterol en sangre.

Nuestras necesidades diarias de Vitamina C son más altas que para cualquier otra vitamina hidrosoluble.

Para un resultado óptimo se debe tomar la Vitamina C en pequeñas cantidades a lo largo del día y de la noche, porque el organismo la elimina rápidamente.

No obstante, esto no es siempre posible, por lo que hemos formulado tabletas de Vitamina C de liberación sostenida.

Estas tabletas se producen por medio de un proceso especial, que retiene el nutriente en microbolitas, permitiendo una liberación lenta una vez ingeridas. Esto significa que la absoción de la Vitamina C es un proceso continuo, ya que la liberación tiene lugar a lo largo de 6-8 horas.

La Vitamina C de liberación sostenida de Lamberts® también contiene un nivel relevante de bioflavonoides (como rutina, quercetina, citrina y hesperidina), puesto que facilitan la absorción de la Vitamina C y tienen efectos específicos como fortalecer los vasos capilares.

Útil en los siguientes casos:

• Interviene en la regeneración de células y tejidos.
• Interviene en la conversión de prolina en hidroxiprolina y es, por tanto, esencial en el mantenimiento del colágeno de la piel, huesos y dientes.
• Protege las Vitaminas A y E contra la oxidación.
• Colabora en el mantenimiento de los niveles normales de colesterol en sangre.
• Tiene propiedades antioxidantes.
• Participa en la formación de las hormonas corticosteroides en la glándulas suprarrenales.
• Es imprescindible para la actividad de los leucocitos, inmunoglobulinas y anticuerpos naturales.

Composición por comprimido:

• 1.500 mg de vitamina C.
• 15 mg de escaramujo.
• 60 mg de bioflavonoides cítricos.

Modo de empleo:

Tomar de 1 a 2 comprimidos al día.

Presentación:

Envase de 120 comprimidos.

Recomendaciones y advertencias:

No contiene: trigo, cebada, soja, huevos, leche (y productos lácteos), lactosa, frutos secos, sulfitos, apio, pescado, mariscos, levadura y gluten.